martes, 13 de noviembre de 2012

Regata Sevilla vs. Betis


Noticia publicada en el Diario de Sevilla el 12.11.2012 por Eduardo Florido:

"Una hora después de la prueba, los más veteranos, leyendas vivas del remo, aún hablaban de los detalles y las claves de una regata que quedará enmarcada en la historia de la Sevilla-Betis. Una de las más igualadas, si no la que más, decían algunos. Sólo en una ocasión llegaron las proas más parejas, comentaban otros. En lo que coincidían todos es en que habían vivido algo espectacular. Fue una carrera vibrante, con idas y venidas, con emoción y remontadas. Venció el Betis, que impuso su mayor potencia y su mayor experiencia para seguir marcando la pauta hegemónica de los últimos años. El Sevilla, hundido tras un titánico esfuerzo que sus hombres creyeron baldío, dio guerra hasta el final. En realidad, casi no hubo perdedores, porque todos los iniciados loaron la regata de los ganadores y la de los perdedores. La edición XLVI estrenó calendario en noviembre a lo grande.

Antonio Guzmán, Marcelino García Cortés, Jaime Lara, Emilio Fernández, Noé Guzmán, Marco Sardelli, Javier García, Carlos Molina y Tomás Jurado, al timón, dejaron enmarcados sus nombres en la historia de la competición como vencedores de una prueba digna de la pasión con la que la viven sus protagonistas, compañeros y amigos que se cambian de bote por un día para defender sus respectivos colores futbolísticos. Ellos le dieron al Betis su victoria número 16 en la prueba, cuyo palmarés, que domina el Sevilla con 30, van recortando poco a poco los verdiblancos en los últimos años. Pero los perdedores no van a quedar en el olvido. Eduardo Murillo, Manuel Morón, Beltrán Hidalgo, Juan García, Jaime Canalejo, Álvaro Romero, Julio Casielles, Patricio Rojas, con José Manuel Pacheco como timonel, también pueden estar orgullosos de la demostración de amor a un deporte y a unos colores. Cuando el Betis llegó mandando a la decisiva curva de Chapina y se puso con bote y medio de ventaja todo parecía sentenciado. La ley física de la superioridad de vatios en la remada se había unido a la experiencia de un bote que aúna veteranía y juventud en sus medidas justas para hacer un barco campeón, un señor bote que está tiñendo de verdiblanco el palmarés. La suerte estaba echada, pero el ocho del Sevilla, rabioso y hambriento, se rebeló, se pegó con ansia a la orilla de Triana para resguardarse del viento noroeste y, en una exhibición de casta, recortó distancia hasta dejarla en apenas un cuarto de bote, dándole a la prueba un final inolvidable, épico, apoteósico.

Sólo tres segundos separaron al barco verdiblanco del blanquirrojo. "Seguramente haya sido la regata más justa en la historia de la Sevilla-Betis -resumía el presidente de la Federación de Remo y plata olímpica en Los Angeles 84, Fernando Climent-. Yo recuerdo una que remé (por el Sevilla) que se definió por seis o siete segundos. Después de 19 minutos remando, llegar a tres segundos... Los remeros han llegado con un estado de fatiga muy grande, con síntomas del esfuerzo, vómitos, niveles altísimos de ácido láctico... Ha sido para disfrutarla viéndola, pero remándola ha tenido que ser durísima". La proa bética llegó a la línea del CEAR de La Cartuja después de recorrer los 6.200 metros en 19.46 minutos, por los 19.49 de la proa sevillista. La merecida ovación del numeroso público al campeón se hizo extensible al digno perdedor.

El barco sevillista siguió la directriz de su entrenador, Jacobo Castiñeira, y salió fuerte, con una boga rápida de 40 paladas por minuto que se hizo más profunda enfiló el Puente de Los Remedios, bajando a 36. Ahí le sacaba un cuarto de bote al barco verdiblanco, que, no obstante, supo templar los nervios. El barco entrenado por Gaspar Company regularizó la boga a 40 por minuto confiando en sus inmensas posibilidades y no permitió que el Sevilla se distanciara más de ese cuarto de bote que alcanzó en la primera curva de Los Remedios.

Sin embargo, bajo el puente de Triana el Betis, constante y firme, sin dejarse amilanar, ya iba por delante. Había ido recortando, palada a palada, y en Chapina aprovechó que iba por dentro para sacar bote y medio al Sevilla. Pero ahí se creció el barco que ayer lucía de rojo y, antes que bajar los brazos y entregar la remada, la subió hasta 38 por minuto. Se colocó a un cuarto de bote, pero el Betis no estaba dispuesto a ceder. El final, incierto y trepidante, fue apoteósico. "Ha sido un regatón, de las más duras que yo recuerdo, y eso que llevo 15 regatas", relata Marcelino García Cortés nada más desembarcar para ser felicitado por el presidente del Betis, Miguel Guillén. Con las pulsaciones todavía casi a 180 por minuto, el bote verdiblanco hizo botar el pantalán al grito de "¡campeones, campeones!". El esfuerzo había merecido la pena. Al otro lado, la dura cara de la derrota. Tras veinte minutos de esfuerzo brutal, no había consuelo para los sevillistas, por mucho que se acercaran sus archirrivales a consolarlos. Venció el Betis, perdió el Sevilla y ganó el remo. Chapeau."

Equipo Betis


No hay comentarios:

Publicar un comentario